Vida en Equilibrio
Para alcanzar un estado de equilibrio en nuestro organismo es necesario invertir tiempo en establecer hábitos en nuestro día a día, comenzaremos por atender tres aspectos imprescindibles para tener éxito en esta tarea: Respiración, alimentación y calidad de sueño, si alguno de ellos falla no alcanzaremos un estado óptimo en nuestra calidad de vida.
Respiración:
Aprender a respirar correctamente nos permitirá relajar tensiones, mejorar nuestra capacidad torácica, oxigenarnos de la manera más óptima y aumentar nuestra energía al liberar toxinas ya que purifica el cuerpo y transforma nuestra conciencia.
¿Cómo respirar adecuadamente?
Usar la nariz para respirar, inhalar y exhalar. Aunque suene lógico, un alto porcentaje de personas suelen respirar por la boca trayéndoles consecuencias físicas, tales como dolor de cabeza, irritación de garganta, fatiga, entre otros.
Una postura adecuada facilita que la respiración fluya de manera natural, mantener la espalda recta es fundamental para que esto ocurra.
Un ejercicio sencillo y efectivo para ejercer una buena respiración es inhalar contando hasta tres y exhalar contando hasta cuatro, mantener la respiración por 2 segundos y continuar. Ejercitar unas cinco repeticiones diarias preferiblemente en la mañana al levantarnos.
Alimentación:
Una dieta balanceada es realmente beneficiosa para nuestro organismo, adicional a la calidad y tipo de alimentos, es necesario cumplir con buenos hábitos de horarios para nuestras comidas.
Se recomienda que nuestro desayuno debe ser consumido dentro de los primeros treinta minutos luego de levantarnos, comernos una merienda luego de dos horas del desayuno, mientras que la comida (almuerzo) es importante que no exceda un espacio entre comida y comida de tres horas, un bocado a media tarde es bien recomendable y la cena efectuarla con un mínimo de dos horas antes de acostarnos a dormir.
Con esta dinámica de alimentación nuestro organismo se mantendrá con energía, buena digestión y se preparará para un buen descanso.
Calidad de sueño:
Dormir bien y tener un sueño reparador es una misión casi imposible para un alto porcentaje de personas en edad adulta y avanzada, los motivos son muchos, desde episodios emocionales, malos hábitos en horarios de descanso, ambiente inadecuado para el plácido descanso, entre otros.
Para disfrutar de un buen dormir, es necesario mantener un horario regular de sueño, hacer ejercicio, adecuar un buen ambiente para el descanso, establecer una rutina nocturna, evitar luz azul en la habitación.
En muchos casos se hace necesario acudir a un especialista que nos ayude a retomar nuestro hábito de dormir. Aunque hay muchas opciones para no fallar en nuestro intento antes de ir al médico, como por ejemplo: tomar un baño de agua tibia, beber alguna infusión tranquilizante, dormir con ropa cómoda, cenar ligero, adecuar una buena temperatura en la habitación, meditar.
Equilibrio:
Luego de conseguir el tan deseado balance en la relación -respirar-comer-dormir- nuestra calidad de vida subirá a otro nivel, logrando óptimos beneficios que se verán reflejados en nuestra mente, físico y espíritu. ¡En hora buena!